El Catecismo de la Iglesia Católica
Los ángeles #328-336:
330 En tanto que criaturas puramente espirituales, tienen
inteligencia y voluntad: son criaturas personales e inmortales. Superan en
perfección a todas las criaturas visibles. El resplandor de su gloria da
testimonio de ello. Cristo "con todos sus ángeles"
331 Cristo es el centro del mundo de los ángeles. Los
ángeles le pertenecen: "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria
acompañado de todos sus ángeles... (Mt 25, 31). Le pertenecen porque fueron
creados por y para El: "Porque en él fueron creadas todas las cosas, en
los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las
Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para
él" (Col 1, 16).
332 Desde la creación y a lo largo de toda la historia de la
salvación, los encontramos, anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y
sirviendo al designio divino de su realización: cierran el paraíso terrenal
protegen a Lot, salvan a Agar y a su hijo, detienen la mano de Abraham, la ley
es comunicada por su ministerio (cf Hch 7, 53), conducen el pueblo de Dios,
anuncian nacimientos y vocaciones, asisten a los profetas, por no citar más que
algunos ejemplos. Finalmente, el ángel Gabriel anuncia el nacimiento del
Precursor y el de Jesús.
333 De la Encarnación a la Ascensión, la vida del Verbo
encarnado está rodeada de la adoración y del servicio de los ángeles. Cuando
Dios introduce "a su Primogénito en el mundo, dice: `adórenle todos los
ángeles de Dios'" (Hb 1, 6). Su cántico de alabanza en el nacimiento de
Cristo no ha cesado de resonar en la alabanza de la Iglesia: "Gloria a
Dios... (Lc 2, 14). Protegen la infancia de Jesús, sirven a Jesús en el
desierto, lo reconfortan en la agonía, cuando El habría podido ser salvado por
ellos de la mano de sus enemigos como en otro tiempo Israel. Son también los
ángeles quienes "evangelizan" (Lc 2, 10) anunciando la Buena Nueva de
la Encarnación, y de la Resurrección de Cristo. Con ocasión de la segunda
venida de Cristo, anunciada por los ángeles, éstos estarán presentes al
servicio del juicio del Señor.
Los ángeles en la vida de la Iglesia
336 Desde la infancia a la muerte, la vida humana está
rodeada de su custodia y de su intercesión. "Cada fiel tiene a su lado un
ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida". Desde esta
tierra, la vida cristiana participa, por la fe, en la sociedad bienaventurada
de los ángeles y de los hombres, unidos en Dios.
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